El problema migratorio

A medida que los solicitantes de asilo y los inmigrantes siguieron llegando en masa a las costas europeas a principios de 2016, Estados Unidos y Europa se enfrentaron a ataques terroristas en Bruselas, Orlando y Niza realizados por inmigrantes radicalizados o miembros de la segunda generación, Lados del Atlántico diferían en algunos aspectos clave. Mientras que los legisladores de Estados Unidos acudieron rápidamente a los refugiados ya la amenaza percibida de seguridad que podían presentar, el debate europeo elevó las tensiones de larga data sobre la migración y la integración, con especial énfasis en la juventud musulmana marginada y radicalizada.

A pesar de la poca evidencia creíble de los refugiados reasentados que representan un riesgo de terrorismo en los Estados Unidos, muchos políticos de la derecha exigieron una revisión adicional o incluso una suspensión completa del reasentamiento de refugiados sirios -las voces más poderosamente canalizadas durante la campaña presidencial por Donald Trump. Aunque Europa sufrió más ataques terroristas en 2016 que los Estados Unidos, los debates europeos se centraron menos en las preocupaciones de seguridad y más en sentimientos más amplios de haber perdido el control tanto de las fronteras de la Unión Europea como de las comunidades locales.

Después de la llegada récord de solicitantes de asilo y emigrantes en 2015, los líderes de la UE finalmente lograron detener las llegadas irregulares a Grecia aprobando un controvertido acuerdo con Turquía en marzo de 2016, prometiendo miles de millones de euros, liberalización de visas y otros incentivos para detener los flujos. Sin embargo, la confianza pública en las instituciones gubernamentales y los tecnócratas ya había sufrido un golpe enorme, en medio de imágenes de entradas aparentemente interminables por vía marítima y terrestre, y abrumado los procesos de recepción y asilo. Mientras los políticos europeos se esforzaban por coordinar una respuesta eficaz, los partidos de extrema derecha y populistas en países que iban de Austria a Suecia ganaron terreno entre los públicos cada vez más desilusionados y preocupados.

La inmigración se convirtió en un tema central en 2016 como Donald Trump aseguró con éxito la nominación presidencial republicana y la Casa Blanca, esbozando una visión de inmigrantes y refugiados como amenazas que requieren un escrutinio intensificado y la construcción de paredes para impedir la entrada. Las visiones diferentes sobre la inmigración presentadas por Trump y su rival de elección general, Hillary Clinton, fueron duras, con el demócrata prometiendo consolidar y aprovechar el récord de tolerancia relativa a los inmigrantes en el gobierno de Obama y Trump prometiendo más medidas contra la censura no autorizada y más estricta. Inmigrantes legales y reducciones en la inmigración general. Antes de la campaña de 2016, el presidente Obama había utilizado su autoridad ejecutiva para implementar cambios significativos, incluyendo el otorgamiento de autorización de trabajo para casi 750,000 jóvenes inmigrantes no autorizados.

Mientras que Obama fue bloqueado por el Congreso en términos de obtener una reforma migratoria legislativa más amplia, el presidente electo Trump podría beneficiarse de una dinámica diferente considerando que sus compañeros republicanos tendrán mayorías tanto en el Senado como en la Cámara. Además, si mantiene sus promesas de campaña, Trump probablemente revertirá algunas de las acciones ejecutivas más importantes de Obama en materia de inmigración y aplicará nuevas políticas administrativas poco después de su toma de posesión el 20 de enero.